En la modernidad, pasamos gran parte de nuestra vida trabajando. Además, debido a los avances tecnológicos y la inmediatez, las exigencias de la jornada laboral han aumentado. Es por esto qué, Cómo evitar estresarse en el trabajo, se ha convertido en una necesidad de todos nosotros.
Fácilmente uno puede caer en el sentimiento de frustración y angustia para cumplir con todo. Nuestra mente es empujada a diferentes direcciones, lo que nos lleva a sentirnos frustrados y ansiosos por la creciente lista de tareas.
Para evitar que el trabajo traiga estrés a nuestras vidas, es necesario adaptar ciertas formas de pensar y prácticas como las que te traemos a continuación.
Quizá te interese: Cómo calmar la ansiedad: 5 ejercicios desde el mindfulness
¿Qué encontrarás en este artículo?
1. Agenda tus tareas.

En vez de sumergirte ciegamente en un día laboral, es mejor organizar tus tareas y determinar el tiempo específico para cada una de ellas. De esta forma tendrás un plan de cómo será tu día. Es cuestión de que te dediques a hacer lo que dijiste en el tiempo que determinaste.
Si ves que una tarea te toma más tiempo de lo planeado, haz ajustes a tu calendario. Además, tener este calendario te ayudará a tener un registro de las tareas que realizaste y cuánto tiempo te tomó hacerlas, un recurso útil al hablar con tu superior y negociar los tiempos de entrega.
2. Haz una cosa a la vez, el multitasking no es productivo.

Después de tener cada una de tus tareas organizadas en un calendario, respeta esos tiempos y no combines una obligación con otra, tu mente se vuelve más inestable, pierdes tu habilidad de concentración y es más probable que cometas errores entre todos los temas a los que saltas en esa hora.
Concentrarse en una cosa a la vez es más sano para tu mente ya que disminuirá los niveles de estrés y angustia ante las tareas pendientes.
3. Aprende a decir no o a postergar las tareas cuando no hay tiempo

La realidad es que nadie conoce tu carga laboral mejor que tú. Manteniendo el registro que te dimos en el primer punto, será más fácil negociar con tu jefe la realización de ciertas tareas. Cuando te encarguen algo nuevo con motivos urgentes, puedes negociar una tarea por otra considerando como has dividido tu tiempo en tu calendario.
La herramienta específica que te recomiendo para mantener este registro es Google Calendar, puede que tu empresa (si funciona con correo de Google) ya tengan esta herramienta como parte de sus recursos para las reuniones. Más allá de las reuniones, sería bueno marcar las tareas que realizas en un día, y que otras personas estén enteradas de que harás en el día y si es factible ponerte a cargo de más tareas.
4. Deja ir la idea de perfección

Personalmente, una de las cosas que me aterra es que una tarea no se concrete de la forma en que yo esperaba y no satisfacer al cliente. Esto es particularmente común si trabajas en un área creativa como escritura, diseño u otros. Estos cargos tienen una relación más estrecha con nuestra creatividad, por lo que nos sentimos más expuestos a los juicios de otros.
También, si tienes muchas tareas en tu plato, es más difícil sacar material de calidad. Empezaste tu tarea con las mejores intenciones, pero luego te sientes frustrado de no haberlas finalizado como querías. Esto puede conducir a que nos sintamos angustiados por el trabajo, y a que dudemos de nuestras habilidades.
Así qué, dejar ir la idea de perfección y confiar en lo que haces es otra forma de cómo evitar estresarse en el trabajo que te puede ayudar.
5. Aprende cuándo pedir ayuda.

Nos puede pasar que al momento de realizar una tarea choquemos con una pared y no tengamos las respuestas. Lo recomendable siempre es pedir ayuda a tus compañeros de trabajo para resolver dudas y no quedarte con la idea equivocada de la tarea a realizar.
Puede que te sientas tentado a resolver las cosas por ti mismo, como si se tratase de un reto para probar tu valía, pero esta no es una forma productiva ni agradable de hacer las tareas. Además, que tus encargos sean revisados por más personas ayudará a mejorar la calidad y prevenir errores. No temas a pedir ayuda, te sentirás más acompañado y disminuirá tu ansiedad.
6. Se paciente contigo mismo en días menos productivos

Las personas no somos máquinas, no somos un algoritmo que produce siempre las mismas respuestas ni el mismo nivel de trabajo. Es normal tener días donde somos menos productivos de lo habitual, ya que podemos estar viéndonos afectados por diferentes circunstancias ya sean dormir mal, problemas en la vida personal, alimentación, el clima o el mismo cansancio acumulado de la semana.
Para esos días donde no parecemos trabajar de la forma adecuada y nuestra mente se siente nublada, lo mejor es no empeorar la situación culpándonos a nosotros mismos. Debemos entender que no siempre vamos a estar al 100% y que eso es totalmente normal. Aprende a delegar o postergar ciertas tareas para un momento donde seas más eficiente.
7. Conoce cuando tus niveles de productividad son más altos para agendar tareas

Por último, lo importante es conocerte a ti mismo para saber en qué momentos del día eres más efectivo con ciertas actividades. Por ejemplo, estudios han comprobado que la productividad de los trabajadores disminuye significativamente después de la hora de almuerzo; lo ideal sería no poner tareas que requieran de mucha concentración o cuidado a esa hora.